Para pequeños volumenes de envío de mensajes, del orden de hasta, por ejemplo, unos 2000 diarios, no es necesario apenas hacer pruebas de rendimiento.
En el peor de los casos, un dispositivo GSM (un teléfono móvil o un modem GSM) puede enviar sin mucho esfuerzo hasta 4 mensajes por minuto, lo cual implica que, teóricamente, podría alcanzar hasta 5760 mensajes diarios.
Para mayores volúmenes, puede ser suficiente con elegir el dispositivo GSM adecuado o incrementar el número de dispositivos GSM. Con un modem GSM que acepte comandos AT, y dependiendo de la red GSM, se pueden alcanzar hasta entre 8 y 10 mensajes por minuto, lo que incrementa la cifra diaria hasta entre 11520 y 14400.
Repartiendo la carga entre varios dispositivos GSM, el volumen aumenta linealmente. El cuello de botella en la entrega de mensajes es la propia red GSM, no el procesador del equipo que actua de pasarela ni ninguno de sus componentes, por lo que el aumento de dispositivos GSM se refleja en un aumento de rendimiento lineal aún estando conectados todos los dispositivos en el mismo equipo pasarela.
Para mayores volúmenes, o para mayor velocidad en la entrega para volúmenes menores pero urgentes, sería necesario una conexión directa con el centro servidor de mensajes (SMSC), lo cual evita un primer trasiego del mensaje por la red GSM. Los operadores de telefonía móvil suelen ofrecer conexiones directas a sus SMSC para grandes volumenes de mensajes.